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Lurdes En Blu Jeans: cómo restaurar también es contar historias

Restaurar es más que reparar: es rescatar recuerdos. Así lo conté En Blu Jeans, donde cada mueble tiene algo que decir.
María Lourdes Palacio /
mayo 10 - 2025

El pasado sábado 10 de mayo, justo antes del Día de la Madre, tuve el honor de ser invitada al programa En Blu Jeans de Blu Radio, en su sección Orgullo País. Este espacio, conducido por María Clara Gracia y acompañado por los periodistas María del Pilar Valencia, Jey Castañeda, Mauricio Quintero, Juan Carlos Solarte y Andrés Rodríguez, se dedica a resaltar historias que enorgullecen a Colombia. Fue una experiencia emocionante compartir mi trayectoria y pasión por la restauración de muebles, y cómo, a través de este oficio, he logrado preservar memorias familiares y dar nueva vida a objetos que muchos consideran desechados.

En Blu Jeans conté cómo empecé

Mi historia empezó de verdad cuando era apenas una niña. Teníamos en casa muebles que, con los años, iban mostrando el desgaste del tiempo. Yo los miraba con esa mezcla de cariño y frustración que uno siente cuando algo querido empieza a dañarse. Pensaba: ¿Cuándo van a arreglar estos muebles? No entendía por qué se dejaban perder.

Esa curiosidad no fue pasajera. Años después, decidí estudiar decoración de interiores en la Academia Superior de Artes. Allí descubrí el universo que se esconde en cada color, en cada textura, en cada espacio. No era solo embellecer, era entender el alma de un lugar. Cada proyecto se convertía en una posibilidad de conectar con lo humano a través de los objetos. Aprendí que restaurar es también una forma de escuchar.

Ya casada, tuve la fortuna de encontrarme con alguien que compartía ese amor por la madera. Él empezó a restaurar muebles y me uní a ese camino casi sin darme cuenta. Fue natural. Ver una silla antigua y pensar: “esto puede ser otra cosa”, “esto todavía tiene vida”. Así comenzó una aventura que lleva más de 36 años, y que aún hoy me emociona tanto como el primer día.

Sigue leyendo: “Una declaración de amor al planeta y los muebles”, Lurdes en Casa Blu.

Aprendí a ver la magia que hay detrás de cada mueble antiguo

“Cada mueble guarda una historia”. Esa frase puede sonar simple, pero en mi trabajo la he comprobado una y otra vez. Cuando alguien llega con una mesa que fue de su abuela o con una silla que estuvo en su casa toda la vida, no solo trae un objeto. Trae recuerdos, trae emociones y al restaurarlo, no solo cambiamos el color o arreglamos una pata, revivimos memorias.

Durante la entrevista en En Blu Jeans, dije algo que siempre repito: “cada rasguño que vos ves en un mueble es una historia que contar”. A veces me cuentan que ahí enseñaron a leer a un hijo, o que el abuelo siempre se sentaba a tomar café en esa silla. Cuando entrego el mueble restaurado, muchas veces veo lágrimas. No es por la estética, es por lo que vuelve con él.

Esa sumadora mecánica me recordó por qué amo lo que hago

Esa pequeña sumadora fue un símbolo para mí. La tengo guardada no porque la use, sino porque me conecta con todo lo que representa mi camino. Durante la entrevista, uno de los periodistas mencionó lo curioso del objeto. María Clara, con esa calidez suya, lo destacó en el video: “me parece que es como de hacer cuentas, una vaina así”. Me hizo sonreír porque es justamente eso: una máquina de sumar que ya no suma números, pero sí historias.

Y ahí entendí algo. Así como esa sumadora, muchos de los muebles que me llegan son piezas que ya cumplieron su ciclo funcional. Pero aún pueden sumar. No en términos de utilidad, sino de valor emocional. Pueden seguir sumando belleza, memorias, incluso nuevas historias para nuevas generaciones.

Restaurar, entonces, no es una tarea técnica. Es una forma de mirar. Eso es lo que más me gusta de mi trabajo. Que no importa cuán feíto llegue un mueble, yo siempre pienso: “vamos a darle un toque de modernismo sin perder esa esencia de los años que tiene”. Porque en eso consiste lo que hago: en conservar la memoria sin dejar de avanzar.

Restaurar un mueble es revivir los recuerdos que habitan en él

Cuando alguien me trae un mueble para restaurar, sé que no solo viene con clavos sueltos o barniz desgastado. Viene con una carga emocional que pesa mucho más. Me cuentan historias mientras lo dejo listo: “aquí me sentaba con mi mamá”, “aquí estudié en el colegio”, “este era el comedor de la casa de mis abuelos”. Son recuerdos que habitan en la madera y que esperan volver a tener un lugar.

Por eso me gusta pensar que mi trabajo es más emocional que técnico. Las manos sí, claro, hacen la parte física. Pero el alma del proceso está en el cuidado con el que intento no borrar esas señales del tiempo, sino devolverles sentido. Si alguien me pide que lo deje como nuevo, lo entiendo. Pero siempre propongo algo más: que se note su historia, que no se pierda lo que vivió.

Durante la charla en En Blu Jeans, me preguntaron por qué me apasiona tanto extender la vida útil de los muebles y respondí sin pensarlo: “porque después de que uno arregla esos muebles, vienen una cantidad de memorias”. Es como si el objeto hablara. Y es ahí donde siento que restaurar va mucho más allá de embellecer. Es darle voz a lo que parecía olvidado.

Amo lo que hago porque cada mueble restaurado guarda una historia

Hay personas que ven un mueble viejo y ven solo deterioro. Yo veo posibilidades. Me pasa cada vez que visito las casas de mis “queriditas”, como le digo de cariño a mis clientas, me brillan los ojos imaginando cómo sería si lo interviniera. Porque no veo basura, veo historia.

Lo que compartí en En Blu Jeans fue precisamente eso. La historia de cómo he construido mi vida alrededor de algo tan aparentemente simple como restaurar muebles. Pero que en realidad es profundo. Porque cuando uno ama lo que hace, eso se transmite. Hay belleza en lo cotidiano, en lo heredado, en lo imperfecto.

Al final del programa, mientras hablaban de que esto puede ser el regalo perfecto para mamá, sentí una emoción especial. Pensé en todas las mujeres que conservan una silla aunque esté rota, una mesa aunque tenga manchas, una vitrina aunque ya no cierre bien. Porque no están guardando un objeto. Están guardando una historia. Y si en algo puedo ayudar desde Lurdes a que esa historia se mantenga viva, entonces todo esto ha valido la pena.

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Foto de Lurdes Palacio
Autor
María Lourdes Palacio
Delineante de arquitectura, especialista en diseño de interiores.
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